Meditar
Descansa en gran paz natural esa mente exhausta…
Abatida por los golpes del karma y el pensamiento neurótico,
Como la furia implacable de las olas que rompen en el océano infinito del Samsara.
El propósito de la meditación consiste en despertar en nosotros la naturaleza de la mente e introducirnos a nuestra consciencia pura e inmutable que subyace a la totalidad de la vida y de la muerte, más allá de todos los patrones habituales.
En la calma y el silencio de la meditación, descubrimos poco a poco, atisbos de la naturaleza de la mente, la cual hace tanto tiempo perdimos de vista con tantas ocupaciones y distracciones.
Resulta verdaderamente extraordinario que nuestra mente no pueda estarse quieta más de unos pocos instantes sin anhelar distracción; es tan inquieta que a veces, al vivir en una ciudad del mundo moderno, estamos fragmentados en muchos aspectos distintos.
Normalmente en la vida ponemos mucho esfuerzo en la obtención de las cosas externas y hay muchas luchas que tenemos que superar y de la cuales no tenemos el control, mientras que en la meditación es justamente lo contrario, la meditación es la ruptura de cómo funcionamos normalmente.
En el mundo occidental, la gente tiende a estar muy interesada en la “tecnología” de la meditación. Sin embargo, la característica más importante de la meditación no es la técnica, sino la postura, no tanto física sino más bien se refiere a una actitud interior. Generalmente las personas se concentran en diversas partes para relajar el cuerpo, pero la relajación verdadera viene cuando te relajas de adentro hacia afuera, entonces todo se facilitará y se hará absolutamente natural.
La meditación es simplemente una cuestión de estar. No tiene nada que ver con “saber” o no; de hecho, cada vez que practicas la meditación tienes que estar fresco, como si sucediera por primera vez.
- Siéntate con el cuerpo relajado, silencioso, la mente completamente tranquila, y permite que los pensamientos vengan y se vayan, sin dejarlos causar estragos en tu mente.
- Si necesitas algo qué hacer, observa la respiración. Este es un proceso muy simple. Cuando estás respirando hacia fuera, siente que estás respirando hacia afuera. Cuando la respiración es hacia adentro, siente que estás respirando hacia adentro, sin proveer ninguna clase de comentario adicional o chisme mental, sólo identificando la respiración, y solamente debes permanecer allí.
Este proceso de la mente atenta es muy simple y procesa tus pensamientos y emociones, entonces, se liberan.
En Tibetano “meditación” significa “acostumbrarse”, “familiarizarse” con estados mentales de bienestar.
Está sensación de bienestar es completamente diferente a todas las que hayas experimentado, es una felicidad o experiencia verdadera y genuina, una profunda paz, alegría y confianza sobre ti mismo, que se obtiene de tu interior; al contrario de la felicidad hedónica, pasajera, corta, que se obtiene de circunstancias externas.
Cuando medites, es esencial que crees un ambiente mental interior adecuado, vital para que se produzca verdaderamente la meditación.
Toda la práctica de meditación puede resumirse en estos tres puntos básicos:
Llevar la mente a casa: Es llevar la mente al estado de “morar en calma” mediante la práctica de la presencia mental.
Aflojar o soltar: Sin aferramiento, ya que todo el dolor, el miedo y la perturbación proceden del ansia de la mente por aferrarse.
Relajarse: Significa ser espacioso y relajar todas las tensiones de la mente.
¿Cuándo meditar? El mejor momento de la mente, por lo mismo para meditar, es temprano en el día, cuando la mente está más tranquila y más fresca (el tiempo tradicionalmente recomendado es antes del amanecer).
¿Cuánto tiempo meditar? No hay necesidad de meditar por mucho tiempo: apenas permanece silencioso hasta que puedas entrar y conectarte con la esencia de tu corazón. Éste es el punto principal. Se recomienda al inicio poco tiempo, muchas veces. Lograr una cierta integración entre el estado meditativo y tu vida cotidiana. Cualquiera cosa que hagas estarás completamente presente en el acto. Así sea lavando platos, si se hace completamente consciente, se puede decir que estarás más lleno de energía. Serás más pacífico, más despierto.
Perseveración: Uno de los puntos fundamentales del viaje espiritual es perseverar a lo largo del camino. Aunque tu meditación puede parecer buena un día y no tan buena el día siguiente.
Si perseveras y tienes esa actitud del cielo espacioso, sin la perturbación de emociones y experiencias, desarrollarás estabilidad y la profundidad real de la meditación.
Encontrarás estabilidad gradualmente y casi inadvertidamente, tu actitud comenzará a cambiar.
No te aferrarás a las cosas tan sólidamente como antes, y aunque sucedan las crisis te mantendrás tranquilo, sabrás manejarlas y te darás cuenta de que todas estas situaciones son risibles y vivirás con un corazón más alegre.
(Extracto del capítulo 5 de El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte, Sogyal Rinpoche)